estas cicatrices?
Dicen que estoy loco. Que soy peligroso. Que debo ser detenido. Pero dime… ¿quién está realmente cuerdo en una ciudad que se cae a pedazos? No nací siendo el villano. Me convirtieron en uno. Un mal día. Eso es todo lo que se necesita para transformar al hombre más normal en una bestia.
¿Quieres saber de dónde vienen estas cicatrices? Cada una cuenta una historia, pero no esperes finales felices. Porque en mi mundo, los cuentos de hadas no existen. Solo la verdad cruda, esa que nadie quiere escuchar.
El caos como arte
Provocar para abrir los ojos
Destruir ilusiones
Harley Quinn
Harleen Quinzel, una psiquiatra brillante, creía en la redención y la psicología como llave del alma. Pero Gótica no es un lugar para soñadores. Me escuchó, me analizó, y cayó, enamorándose del monstruo que todos temían. Ahora, baila entre el caos y la locura, con una sonrisa tatuada en el alma.
Harley no es una víctima; es una decisión. Una flor venenosa que creció entre escombros. Ella no necesita permiso para ser feroz, ríe cuando la ciudad arde, y en sus ojos solo hay amor retorcido. Harley es lo que pasa cuando el sistema falla y el corazón decide gritar.
Harvey Dent
Harvey, el Caballero Blanco, creía en la justicia, la esperanza de Gotham. Pero un incendio, una traición, y el héroe cayó. Ahora, su rostro dividido refleja la eterna guerra entre el bien y el mal.
Dos Caras ya no decide, solo lanza una moneda, dejando que el azar gobierne su destino. La tragedia de Harvey es la prueba de que cualquiera puede romperse, y en su risa aún resuena el grito de un hombre que quiso hacer lo correcto, pero fue devorado.
Killer Croc
Waylon Jones no nació monstruo. Era solo un niño con una enfermedad en la piel, despreciado por la gente que lo llamaba aberración. Decidió convertirse en aquello de lo que todos temían: Killer Croc, una criatura de fuerza y puro instinto, que no necesita palabras.
Vive en las alcantarillas, donde la ciudad es más honesta. No sigue planes ni lanza discursos, solo devora, rompe y sobrevive. Pero no lo subestimes, porque detrás de las escamas hay más humanidad que en muchos con traje.
El Pingüino
Oswald Cobblepot. El hombre que quiso ser respetado en un mundo que se burlaba de su cuerpo. Nacido en la oscuridad, criado por el desprecio. No tenía sonrisa… así que se construyó un imperio. El Pingüino no es un gánster cualquiera. Es la elegancia del crimen, la corrupción con modales.
Sus manos están limpias, pero todos en Gotham saben cuánta sangre ha comprado su silencio. No busca el caos, como yo. Él quiere el control, la reputación… la ilusión del orden. Pero en el fondo, somos iguales: productos de una ciudad enferma. Solo que yo me río… y él cuenta billetes.
Mis actos en Gotham no son crímenes. Son performances. Cada explosión, cada paso — un manifiesto contra la mentira. No soy un ladrón. Soy un artista de la destrucción.
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